Arte de leer | Temblor de pájaros de Simón Zambrano

Son simbolismos de lo que se siente y se padece

Todo lo humano lleva de forma intrínseca los contrastes. Se pudiera decir que hay un contrapunto permanente en los mecanismos del movimiento vivencial.

Aire, angustia, dolor, tristeza, vuelo, gozo, deleite, profundidad, estremecimiento… Cada una de estas palabras, en su concepto, a simple vista disímiles o inconexas, representa una voz o un silencio. Son simbolismos de lo que se siente y se padece:

 

IV

Como de tu boca la migaja.

No soy de ayer en sílabas

 

Para recoger un chasquido

grano que cae de amargo

 

Tumbado espero el alba

anocheciendo el ruido

de la paja en el ojo

 

Y el hacha se apaga

de tanta madera

cayendo cuando olvida.

 

Armar la diversidad de realidades para convertirlas en juegos líricos es toda una batalla mental. Este desafío verbal es una palpitante contienda lúdica para el poeta:

 

XII

Lo vi recostarse al alambrado

venía encima de la noche

herido

sin sogas

 

Como nacido de asombro

estropeado sin nadie en mí

 

Agujereado por la sangre

como si fuese un río

 

Después no voló

 

lo vi enterrarse en la mano

 

de un niño azul

 

cansado

de saliva en el ala.

 

El poemario Temblor de pájaros posee el encanto y la sustancia que nos permite degustar la belleza emanada del pesar y del suplicio. Ganador de la Bienal de Literatura Ramón Palomares 2019. La casa literaria Monte Ávila Editores nos dispone este libro para convidar con el autor, Simón Zambrano, y sus letras del deleite:

 

XXIV

De no ser partió la aguja

 

Tanto doblez en la costilla

y el sapo

 

Burbujas y dulce de leche

 

apretando la boca

 

Abrazo verdadero de humo.

 

La exploración de los sótanos del ser, bajo un conjunto de pensamientos recónditos, se navega de forma elocuente en Temblor de pájaros, conduciendo cual Caronte en las aguas de un Hades dionisiaco.

T/Ciudad CCS