Todo un éxito, así fue la presentación del nuevo libro del poeta y Fiscal General, Tarek William Saab titulado «Hoguera de una adolescencia intemporal” quién estuvo acompañado por un panel de lujo con poetas de la talla de Luis Alberto Crespo, Gustavo Pereira, Enrique Hernández D’jesús y el Ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, y el Presidente del Centro Nacional del Libro, Raúl Cazal.
Por su parte Luis Alberto Crespo contó que conoció a Tarek cuando leyó un suplemento que contenía un poema que a su parecer estaba escrito por «un viejo». No obstante, en el tiempo que trabajaba como director literario del diario El Nacional, cuando estaba Miguel Otero Silva, se aventuró a convencer a este último de que reeditaran el poema.
Para sorpresa de Crespo, al llegar al diario el autor del poema, se trataba de un joven autor llamado Tarek William Saab. Desde allí, ve como se despierta en ese joven la ansiedad por la justicia y el compromiso ético.
“Comienza su conducta de un hombre de sensibilidad colectiva. Comenzó a vivir , lo que está viviendo: una ansiedad por la justicia y el compromiso ético”, puntualizó.
Hoguera de una adolescencia intemporal contiene ese espíritu de riesgo, tanto como parte de la militancia revolucionaria así como poeta. En sus palabras, en ambos estuvo al filo de la muerte.
“ Si ustedes me preguntan qué camino ha sido para mí más difícil recorrer. Les diría que tanto el camino de la militancia como el camino de la poesía tienen la misma peligrosidad , el mismo temblor”, expresó Saab.
Aprovechó para mencionar que un espíritu grande en su vida fue el presidente Hugo Chávez, que conoció a través de la poesía. Un día le entregó un poema que sorprendió a Chávez, titulado Maisanta.
Saab se desprendió de su atributo como fiscal general y leyó un extracto de su nuevo ejemplar:
“Este extraño libro resucitado de un largo olvido gracias a un premeditado azar, es el resultado de un misterioso fervor, el amor a la literatura a la poesía y al oculto paisaje que se oculta tras las hojas de mi juventud perdida. Hoy recuperado por el sorpresivo viaje a la memoria”.
Cerró diciendo que su obra, integrada por más de 200 páginas, lleva intrínseca esa juventud que no es física y biológica. Refiriéndose al alma que nunca debe envejecer.