Desde la niñez el lenguaje va evolucionando para configurarse en el primer medio de expresión y comunicación entre los seres humanos. Nuestra especie va formándose, esencialmente, a través de acciones donde la dinámica es transmitir sentimientos, sensaciones, emociones, ideas y todo aquello que acontece dentro del pensamiento.
En este sentido, los padres, pero, de manera especial, la madre, se divierte con su hijo o hija, usando las señas, el tacto y en particular la voz:
Mariposa de papel
De las manos de mi niña
sale aprisa, busca al viento
ya se mece a paso lento
mientras cruza la campiña.
Alegre vas por la viña
mariposa de papel
sabes que en ese vergel
todavía no ha llovido
no mojarán tu vestido
las goteras en tropel.
Son las palabras una especie de concierto musical, donde la melodía se traduce en coloridas imágenes, destellos en canciones de objetos, sonoras situaciones que acontecen en la edad de oro:
Caballito de madera
Caballito de madera
viajero de los caminos
galopas con los destinos
de cada niño que espera.
Al llegar la primavera
lanzas tus crines al viento
con tu jinete sediento
recorres ríos y valles
trotas alegre por calles
en las páginas de un cuento.
Y es con versos recreativos llenos de aroma de aventuras con los que José Gregorio González Márquez nos incita a participar del gozo contenido en letras con su libro Las gallinas van en tren y otras décimas. Una ternurista obra publicada por Monte Ávila Editores, que recibió el galardón de premio único en la V Bienal Nacional de Literatura Cruz Salmerón Acosta en el año 2019.
González Márquez diseñó un reino fantástico hecho con versos de diez líneas, donde los consentidos de la casa pueden disfrutar del arte poético, inventando un idioma entre la gente, los animales y las cosas. El juego verbal permite travesuras junto a curiosidades y los adultos podemos recordar nuestra época temprana, en remembranza de nuestras primeras risas, esas que vuelven en el abrazo de los nuestros:
Papagayo
Cuando remontas las nubes
el cielo azul te deslumbra
no temes a la penumbra
el sol se alegra si subes.
Y hasta los mismos querubes
celebran tus volteretas
juegas con las tijeretas
al escondite en la niebla
cuando llega la tiniebla
bajas a tierras secretas.
Las gallinas van en tren y otras décimas es una invitación a mantener la mirada en la utopía posible. Canciones poemadas, poemas cancionados, para combatir la violencia, para celebrar la vida:
Paloma de la paz
Entre un bando de palomas
que cruza el cielo infinito
una lleva en su piquito
una rama con aromas
que crece en lejanas lomas
donde la paz da la vida
la guerra no es consentida
ni la muerte se enarbola
en el avión que desola
la humanidad dividida.
José Gregorio González Márquez (La Azulita, Mérida, 1965)
Poeta, narrador, ensayista, articulista, docente, investigador, editor. Es licenciado en Educación por la Universidad Católica Andrés Bello. Se ha especializado en los diferentes ámbitos de la literatura infantil, además de ejercer como mediador del libro y la lectura. Ha recibido múltiples premios, de los cuales destaca: Premio de Poesía XI Concurso de Literatura Ipasme (2003), del Certamen Mayor de las Artes y las Letras (Ministerio de la Cultura de Venezuela, 2004); Concurso «Caminos del Sur» de Literatura Infantil con su obra La tinta invisible y otras historias (Fundación Editorial El perro y la rana, 2008). Recientemente, recibió el Premio Único de la V Bienal de Literatura Cruz Salmerón Acosta. Entre sus obras publicadas se encuentran: Alegoría del olvido (Macuelizo, 1991); Mujer profana (Universidad de los Andes, ULA, 1995); Caballito de madera (La Casa Tomada, 2004); En cualquier estación (La Espada Rota, 2004); Espejos de la insidia (Fondo Editorial Ipasme, 2005); La ranita amarilla (El Perro y la Rana, 2006); Rostros de la insidia (Ediciones Gitanjali, 2007), y Rabipelao (Fundación para el Desarrollo de la Cultura del Estado Mérida, Fundecem, 2007).
Lleva el blog La Tinta Invisible (https://latintainvisible.wordpress.com/).
Ricardo Romero Romero/ Ciudad Ccs