El podio de 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) recibió a Cósimo Mandrilo, Raúl Cazal y a Tarek William Saab para conversar junto al autor homenajeado del evento, Benito Yrady, acerca de su novela más reciente “La historia del señor Cody”.
Cazal, viceministro para el Fomento de la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), describe a la novela como una obra de ficción basada en la realidad “que retrata el camino de búsqueda de su autor”.
“Benito aborda la historia de Venezuela sin nombrarla, en una narración que no nos permite distinguir los límites de cuánto hay de ficción y realidad en todo el relato”, agregó.
Influenciado por el estilo narrativo de Antón Chejov, “Benito parece no decir nada, hasta que terminas la novela y te das cuenta que lo ha dicho todo”, expresó el presidente del Cenal.
Por su parte, Cósimo Mandrilo, catedrático de Lengua y Literatura, precisó que la obra de Yrady se encuentra transversalizada por “el imaginario del petróleo”. Sin embargo, “La historia del señor Cody” ofrece un nuevo aporte. “Perfecciona en mucho lo que Benito había logrado en ‘Zona de tolerancia’”, reflexionó el académico.
El autor “elimina al narrador en tercera persona característico de toda su obra y pone a un extranjero en la voz del narrador”, detalla Mandrilo.
“En este sentido esta obra también es un tributo al ‘Ulises’, de James Joyce, ya que ‘El señor Cody’ es un chorro imparable de historias hiladas de manera tal que en ningún momento pierden unidad”, destacó el catedrático.
El fiscal General de la República, Tarek William Saab, narró la epopeya de la vida “en un pueblo apartado de la provincia que tiene el privilegio de ser una importante ciudad petrolera del país”.
“Esa es la realidad que retrata el imaginario narrativo que ha desarrollado Benito Yriady”, destacó el poeta.El homenajeado de esta edición de la Filven agradeció a Saab por recordarle aquellos años en El Tigre, estado Anzoátegui.
“Yo no lo voy a negar, El Tigre fue mi fuente de inspiración para escribir toda mi obra, que tiene que ver con el petróleo”.
“Yo empecé a trabajar en talleres gráficos, manejando una máquina rotuladora. Yo empecé a entender las letras desde los talleres gráficos. Antes los periódicos se hacían línea a línea con plomo”, relató.
Esta obra se puede adquirir en el pabellón Venezuela, ubicado en la Galería de Arte Nacional hasta el 21 de julio, o descargarse en digital en www.monteavilaeditores.com